Remis- Boedo- 05.00hs
Lo primero es la familia, lo segundo todavía no lo sé (tal vez sea el servicio meteorológico, no podría asegurarlo). Uno sabe que donde esté, va a poder contar con ellos, y que si por alguna razón no están, Dios proveerá. Así fue como lo hizo esa hermosa madrugada de sábado. Eramos 10 personas compitiendo (esperando) por un Remis. En el pueblo, había sólo uno, que en una suerte de postas hacía un viaje y volvía, hacía un viaje y volvía, hacía un viaje y volvía. Luego de 50 minutos de espera, quedábamos 3 grupos: el gordolfo, la Sra. y mis dos amigas y yo. En un intento de boicotear a uno de los contrincantes, hicimos un pacto de sangre con la Sra, unimos fuerzas y compartimos el auto. Cuando todo parecía encaminarse, le dimos las coordenadas al remisero y éste, sorprendido, exclamó: Ah! pero no van al mismo lugar? Nos miramos desorbitadas, devastadas, cuando un haz de luz iluminó nuestros rostros, la Sra dijo "Son mis primas". Entonces, el remisero no tuvo más remedio que llevarnos, él no era quien para separar a una familia. Durante el viaje no hubo diálogo, el plan estaba funcionando perfecto. Cuando la Sra. se bajó, en un intento desesperado de darle un broche final a la aventura, atiné a decir: Nos vemos mañana!
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