LLAMADO A LA SOLIDARIDAD: MATENME.

Reticente a la tecnología o aferrada al pasado, llamenlo como quieran. Tengo un celular con tecnología vieja en el cual "el CHIP no es importante mamucha". He sufrido el hastío de mucha gente, el pedido desesperado de mis amigos porque no escucho el teléfono, porque no me llegan todos los mensajes, porque se me queda sin bateria. La insistente masa reclamaba un cambio y yo, muy en el fondo, sabía que tenía que ser. Pero me resistía a ser parte de la despiadada comunidad M. También esperaba que venga José Movistar y me diga: "Negri te regalo un celu porque el tuyo no da para más, face it".





Tal vez miren esta foto y piensen: Esto es un inalámbrico. OK, puede que mi celu se pareciera mucho a uno. Al anterior de cariño le decían el ladrillo.







Los días pasaban y yo seguía firme junto a mi robusto Motorola (de) 1810. Un día me miré al espejo y me dije BASTA. Me puse las zapatillas y caminé hasta la casa central de Movistar, ellos me derivaron a un centro donde cambiaban equipos viejos. Revisé varios modelos, mi única condición era que tenga camarita, estoy mucho en la calle y veo cosas dignas de ser fotografiadas para ilustrar este blog callejero. Finalmente, decidí por uno con el que desde el primer momento tuvimos piel. fue amor a primera vista.


Así que saqué mi Mastercard (que compra todo lo demás) y pedí al árbitro el cambio. Pero las cosas no eran tan simples, mi tarjeta estaba vencida y no tenía efectivo. Así que la vendedora, que ya había hecho todo el papelerío, se ofreció gentilmente a guardarmelo hasta que lo pudiera costear. Al día siguiente ya entusiasmada con la idea de un celu nuevo, aunque con cierta nostalgia por dejar a un pequeño amigo en el camino, fui y lo pagué como Dios manda.






Así es mi nuevo celu, por lo menos hasta que se lo arroje en el rostro a Jose M.









Tenía que esperar 24hs para que comience a funcionar. Durante ese día llegó un mensajito a mi viejo amigo con la siguiente frase: "No te quedes sin hablar. Actualizá tu equipo por 1GSM, mandá CHIP al 2292 y conocé tu promo". Yo, muy por el contrario, me quedé muda, revisé el mensaje pensando que alguna amiga bromista podría haberlo escrito. Desesperada lo contesté para ver qué tenían para decirme. La respuesta decía: "Para saber cuál es la oferta mandá tu número bla bla bla". Devastada, con mi último hálito de vida, contesté. Todavía no me llegó la respuesta. Ahora me estoy poniendo las zapatillas para ir a hablar seriamente con quien me lo vendió, en una busqueda desesperada de justicia.

Actualizaré minuto a minuto el transcurrir de esta historia, cual novela de las 3 de la tarde.

Actualización: No pasó naranja. Me quedé con el celu nuevo y con las ganas de uno gratis. Era obvio, no?


Windoway to heaven
Mi oficina no tiene ventana. Me siento frente a una pared marrón, simil madera, que me separa de otra oficina que sí tiene. A veces cuando mi vecino no viene o se va, me escapo por un ratito a mirar por SU ventana. La vista no impresiona, no veo un lago verde, ni una montaña altísima, veo la calle Roque Saenz Peña ( cuyo mote es Diagonal norte) en su versión peatonal, que significa que no pasan autos, aunque debo confesar que alguna vez vi uno. Me gusta lo que veo, me entretiene, hay algunos árboles, unos banquitos y un par de fuentes, también hay mucho pavimento y cada tanto la transita un hecho histórico: una marcha, un piquete, una protesta de greenpeace, recitales de evangelistas, gente reunida por una causa, gente reunida sin una causa...yo los miro a todos y me pregunto que pensarán..hoy fue un día de esos...respiré profundo y me concentré en leer alguna mente...de pronto empecé a escuchar miles y miles de pensamientos de un hombre de unos 40 años, vestido de oficinista y con un maletín, decía algo sobre el país, sobre la juventud. Aburrido. En el momento en que iba a cortar mi línea directa con su mente escuché una gran frase: " la imaginación es lo que nos distingue de los cuerdos, la locura es poder ver más allá". Volví a respirar profundo y corté. Me quedé pensando mucho, hasta que uno de los chicos de la oficina me dijo: "¿escuchaste lo que gritaba ese loco?".

Para mi lo que dijo fue una gran verdad, algo que escuché alguna vez en boca de Sui generis, y hoy en un libro:



"Entre la normalidad y la locura, que en el fondo son lo mismo, existe un intermedio: se llama ser diferente. Y la gente tiene cada vez más miedo a ser diferente."



Ese hombre no estaba loco, encontró una forma diferente de ser, y de comunicarse. Por suerte no le dije a mi compañero que yo pensé que le estaba leyendo la mente porque sino la loca era yo.

Confesemos. Que arroje la primera piedra quien nunca lo hizo: Existe una atracción fatal hacia el diario del pasajero de al lado, es innegable. Por más que intentemos evitarlo terminamos robandole un par de renglones a una noticia cortada, que seguramente mal interpretaremos, pero no importa, la curiosidad siempre gana, y el aburrimiento en un medio de transporte a veces nos lleva a conductas indeseadas o políticamente incorrectas.

El conflicto surge cuando el dueño del periódico se da cuenta de que está siendo "robado" y se niega a compartir la lectura (la regla también puede trasladarse hacia una revista, un libro y hasta un mensaje de texto, pero ese es un tema que trataremos en otro momento ya que merece particular atención). La lucha puede convertirse en un juego perverso en donde el poseedor del diario se mueve buscando posiciones para que el ladrón no pueda leer. Otra técnica muy difundida es pasar las hojas rápido, sobre todo de la sección deportes o espectáculos que la gente tanto celebra.
Lo positivo es que sin darnos cuenta se termina el viaje y, si tenemos suerte, cuando llegamos a casa alguien compró el diario...pero como ya no es tan divertido leerlo, lo usamos para envolver huevos.







Esa vengo a ser yo cuando era blonda,
vivía en Londres y tomaba 5 o´clock tea









Huevos muy felices porque están a
punto de ser envueltos con un
diario Crónica, quién no lo estaría?



Fin