Un abrazo por aquí

Retiro- 18.30hs.

A las corridas por los pisos resbaladizos de la estación terminal de trenes Bartolomé Mitre, atravesada por pensamientos del tipo: estoy llegando tarde-tengo hambre-esa señora tiene un saco muy feo, me topé con ellos. Sabía que existían, me lo contó un pajarito, pero pensé que era un mito del tipo la sandía con vino te mata o el hombre nunca llegó a la luna.

Y ahí estaba yo, frizandome en uno de los primeros días invernales de 2008, solísima y abandonada por el calor. Y ahí estaban ellos, dispuestos a darme un GRAN ABRAZO por nada: ni un número de celular, ni una tocada de cola, ni un trago en la barra. Sólo amor y esa cálida sensación de sentirse contenida. Por eso, y a riego de parecer viciosa, busqué refugio en los tres abrazadores. Luego me tomé el tren con el recuerdo de sentirme amada en los brazos de esos extraños, ahora devenidos en amantes.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que precioso momento!! ...quisiera haber estado allí!

Una ragazza

P.D: alguien me puede abrazar?

Yoga Vasistha dijo...

para mi te tocaron el culo y no te diste cuenta...

SON TAN AMOROSOS QUE DAN GANAS DE ABRAZARLOS...

Anónimo dijo...

¡yo quiero que me toquen el culo gratis! digo, ¡que me abracen gratis! eso

lux